Soy una especie en peligro de extinción y ahora estoy enjaulado en el espanto porque siento un disparo a sangre fría que me deja sin chance para luchar, el escenario me ha quedado de esta manera y en parte es el precio que tengo que pagar, pero mi ego es impulsado a no dejar pensarlo dos veces aunque esta batalla sea evidentemente injusta. Yo me armo con el martillo sin el menor reparo para defenderme, mientras que tú te aferras a ese gatillo que te hace sentir tan hombre. Ahora todos se han ido y no tengo lugar a donde correr ni persona a quien acudir pero no me amedrenta, quizás porque la perdición me hace dementemente consecuente e impulsivo, hablo y sigo hablando sólo porque es mi único recurso para un fin indeterminado, aunque finalmente entiendo que mi silencio hablaría mas fuerte que todas mis palabras. Han muerto tantos al pie de esta jaula y no entiendo porque ahora me siento tan valiente si no hay recompensa en el sacrificio. No hay recompensa en el sacrificio.
skip to main |
skip to sidebar